En plena revolución industrial, Raymond Mens, joven científico inglés, trabajaba en una máquina teletransportadora.
El último día que se le vio con vida, estaba en su hogar en el barrio de “Brick Lane” probando su invento. Una explosión lo hizo desaparecer sin dejar rastro. La policía lo declaro muerto y nunca más se volvió a hablar del asunto.
Raymond apareció a miles de kilómetros en un desierto. Su traje y su casco lo salvaron de una muerte segura. Los nativos que vivían ahí se acercaron con miedo. El no entendía su idioma ni ellos el suyo. Con señas logró darse a entender y al poder por fin comunicarse, decidió ayudarlos.
Creó canales de regadío, mejoró la arquitectura y unió a los pueblos del río. Pronto, todos lo nombraron su líder.
A su muerte, su pueblo construyó pirámides en su honor, y su nombre, Raymond Mens, pasó a convertirse en “Ra Amon” o “Menes”, el primer faraón de Egipto.
Hasta el día de hoy, el astronauta en los jeroglíficos egipcios sigue siendo un misterio. No se trata de extraterrestres como piensan todos, sino más bien, de Raymond Mens, el primer viajero del tiempo y olvidado por la historia.
Me gustan estas historias en las que se habla sobre viajes en el tiempo. Una gozada leerla. ¡Felicidades!
Gracias wolfdux. Un abrazo
¡Muy bueno! Todo lo que sea resolver enigmas de la historia me apasiona, asi que ¡a escribir mas!
¡nos leemos!
¿Por que siento que ya te habia comentado estos relatos y no aparecen mis palabras por aqui? jeje Saludos
Es porque te lo envié por correo. De a poco estoy liberando algunos relatos antiguos.
Me encantó; de hecho, como explicación me resulta mucho más creíble que las que dan los pseudosabios de “Alenígenas Ancestrales” 😛